Los lunares en niños normalmente no son motivo de preocupación, ni señal de una enfermedad grave. Los lunares tienen cierta “mala fama” porque son asociados al cáncer de piel, pero, si bien es importante observarlos y estar atentos, muy pocas veces son señal de cáncer en la edad pediátrica. En este artículo revisaremos qué son los lunares, a qué debemos estar atentos y cuando sí es conveniente que los revise un médico.
¿Qué son los lunares?
El nombre coloquial de los “nevos melanocíticos”, es lunares. Los lunares son lesiones cutáneas, planas o solevantadas, generalmente de color café, aunque puede ser color piel, rosadas, azules o grises.
En el caso de los niños pueden estar presentes al nacer, o aparecer en el primer año de vida, en este caso se denominan “congénitos”. Los que aparecen posteriormente se llaman “adquiridos”.
Cuando las células de la piel crecen agrupadas, en lugar de extenderse por toda la piel, se producen los lunares. Estas células se llaman melanocitos y producen el pigmento que da a la piel su color natural.
Los lunares en niños pueden crecer, conforme el niño crece. Si bien es correcto que un tipo de cáncer de piel, el melanoma, puede comenzar en un lunar, la enorme mayoría de los lunares no evolucionan para convertirse en melanoma. De hecho, el melanoma es poco común en niños pequeños.
Además de su relación con el melanoma, los lunares en niños pueden ser causa de irritación y dolor, además del efecto negativo en la autoimagen del niño y de ser una posible causa de bullying.
¿Cuándo preocuparnos por los lunares en niños?
Hay ocasiones en que es aconsejable consultar a un especialista para revisar los lunares en niños. El melanoma, como suele ocurrir con los cánceres, tiene mejor pronóstico si se detecta a tiempo.
Casos de lunares en niños en que es conveniente consultar al médico
- Lunar cambiante: es normal que un lunar crezca al mismo ritmo que un niño, e incluso que cambie de color. No obstante, hay que estar atentos si un lunar crece o cambia rápidamente. También es importante detectar si un lunar en particular adquiere un aspecto diferente a los demás lunares del niño.
- Cantidad de lunares: Los lunares aparecen incluso hasta los 25 años, y una persona puede tener hasta 40 lunares sin que esto deba preocupar. No obstante, si un niño tiene más de 50 lunares, sí es aconsejable consultar a un dermatólogo. En algunos casos, poco frecuentes, el melanoma aparece en niños que tienen muchos lunares, hasta más de 100.
- Lunares grandes: Existen lunares bastante más grandes que los que probablemente conoces, un lunar grande puede medir más de 20 centímetros de diámetro. Estos suelen ser congénitos, es decir, los niños nacen con ellos,o pueden aparecer poco después del nacimiento. Es muy recomendable consultar en estos casos, dado que hay una relación entre lunares grandes y melanoma. De hecho, los lunares de tamaño inferior a 1,5 centímetros, rarísima vez dan origen a un melanoma, mientras que aquellos de más de 20 centímetros, tienen hasta un 5% de probabilidades de evolucionar en este sentido.
- Ubicación de los lunares: Es aconsejable prestar especial atención a los lunares en las palmas y plantas, ya que están expuestos al roce y son en general menos visibles.
Nevos congénitos y displásicos
Hablemos, por último, de dos tipos particulares de lunares en niños, que conviene que sean vistos por un médico especialista:
- Nevos congénitos: Son lunares que están presentes al nacer, o que aparecen en el primer año de vida. Ya hemos visto que los lunares aparecen en la infancia y hasta los 25 años, pero existen lunares en niños que están presentes al nacer. Esto ocurre en aproximadamente una de cada cien personas. Aquellos de mayor tamaño presentan una mayor asociación con el cáncer de piel (melanoma).
- Nevos displásicos: Son lunares que generalmente son más grandes que el promedio, más grandes que la goma de borrar de un lápiz y de forma irregular. Suelen tener coloración marrón oscuro en el centro, con bordes más claros e irregulares.
El ABCDE
Hay una regla mnemotécnica que puede ser de ayuda para saber si un lunar es motivo de atención especial, que es conocida como el ABCDE. Conocer los ABCDE es importante al examinar los lunares en niños. Si un lunar muestra alguno de los signos enumerados, es importante consultar.
- Asimetría: la mitad del lunar no coincide con la otra mitad.
- Borde: El o los bordes del lunar están desgarrados, irregulares o borrosos.
- Color: el color del lunar no es el mismo en todas partes o tiene tonos de bronceado, marrón, azul, rojo, blanco o negro.
- Diámetro: el diámetro del lunar es mayor a 6 milímetros.
- Evolución: el lunar cambia rápidamente de forma, color o tamaño.
Si bien no es aconsejable vivir obsesionado con los lunares, revisarlos puede crear en el niño un hábito saludable para toda la vida. Enseñar a un niño qué observar y cuándo ir a un médico le ayudará a estar atento durante toda su vida.
En resumen
La mayoría de las personas tiene varios lunares, y normalmente no son motivo de preocupación. Es importante, de todos modos, dado que el melanoma es una condición seria, entender bien cuándo un lunar es motivo de preocupación, y si se cumple alguna de esas condiciones, debe consultarse sin demora con un especialista. Lo mismo ocurre si el lunar está afectando negativamente la autoimagen o socialización del niño.
Doctora Dorita Espinosa
Cirugía Infantil
Cirugía plástica y reparadora infantil